El gran paso evolutivo en las células fue pasar de un metabolismo anaeróbico a uno aeróbico lo que supuso una mayor obtención más eficiente de energía, pero mientras que en los organismos unicelulares la posibilidad de obtener oxígeno por parte de las células es muy sencillo ya que toda su membrana está en contacto con el medio que le rodea, en el caso de los organismos pluricelulares y aun más en aquellos con una alta especialización en tejidos, aparatos y sistemas esto ya no resultaba tan sencillo.
La solución evolutiva en estos casos ha sido la creación de aparatos respiratorios como solución a este problema. A lo largo del árbol filogenético podemos encontrar desde soluciones muy sencillas como la de los poriferos, cnidario o platelmintos que realizan el intercambio a través de su superficie corporal, estigma, tráqueas y traqueolas como en el caso de los insectos o branquias en los peces.
En el casos de los vertebrados, al aparecer una mayor especialización, la evolución dio lugar a la formación del aparato respiratorio formado por diferentes órganos y tejidos. Si exceptuamos a los peces que carecen de pulmones (menos los dipnoos) el resto de los vertebrados siguen un esquema común. En la presente entrada nos centraremos en el aparato respiratorio del Homo sapiens, el ser humano para los amigos.
El aparato respiratorio comienza en las fosas nasales cuya función es la de permitir tanto la entrada como la salida del aire. Pero ademas a ello le debemos añadir la función de filtrado de la impurezas del aire, humedecerlo y calentarlo. Además aquí encontramos la mucosa o pituitaria que se encarga, entre otras funciones la de secreta moco para atrapar las partículas extrañas.
Seguido a las fosas nasales encontramos la faringe que tiene como característica que es común tanto para el aparato digestivo como para el respiratorio.
En nuestro camino hacia los pulmones, nuestra siguiente etapa es la laringe que une la faringe con la traquea, en la laringe destacamos la presencia de la epiglotis, que se encuentra al inicio de esta y evita la entrada del bolo alimenticio al aparato respiratorio, y de las cuerdas vocales que son la responsables de la producción de la voz.
La siguiente estructura es la traquea que se trata de un tubo fibroso y con musculatura lisa reforzado por anillos cartilaginosos en forma de C, arcos de cartílago hialino. Su interior está recubierto de epitelio pseudoestratificado formado por células ciliadas y caliciformes. Estas últimas producirán el moco para atrapar las partículas que trasporte el aire mientras que los cilios llevarán este moco hacia las parte alta del aparato respiratorio
La tráquea se divide en en dos dando origen a los bronquios, uno se dirigirá al pulmón derecho y otro al pulmón izquierdo. Es aquí donde podemos decir que se inician los pulmones. Los bronquios se dividen en los bronquiolos, que son los conductos que continuarán dividiendo hasta llegar a los alvéolos, que tienen forma de pequeños sacos lobulados y extensamente vacularizados por numerosos capilares que permiten el intercambio de gases.
Para que se produzca el intercambio de gases, la red de capilares porta sangre rica en dióxido de carbono que llega desde el corazón a través de la arteria pulmonar y que una vez realizado el intercambio por el oxígeno, la sangre volverá al corazón mediante la vena pulmonar.
Los pulmones, se encuentran en la caja torácica rodeado por la pleura que se encuentra bañada por el líquido pleural.
Para poder producir el proceso de ventilación pulmonar, lo que cotidianamente llamamos respiración, que consiste en la inspiración y la espiración nuestro aparato respiratorio se ayuda tanto del diafragma como de los músculos intercostales.
A continuación tenéis el esquema que se realizó en clase por una de vuestras compañeras.
En el siguiente enlace lo podéis descargar: Esquema (111 descargas)
Nos encontramos en los comienzos mismos de la era de la raza humana. No es ilógico que tengamos o que tropecemos con problemas, pero hay decenas de miles de años en el futuro. Es responsabilidad nuestra hacer lo que podamos, aprender lo que podamos, mejorar las soluciones y transmitirlas a nuestros sucesores. Es responsabilidad nuestra dejar las manos libres a las generaciones futuras. Richard P. Feynman
Ad orbis per scientiam